Nos hemos marcado el objetivo general de ser neutros en las emisiones de CO2 en el año 2020. No esperamos conseguirlo sin afrontar importantes retos por el camino (principalmente porque nuestros procesos de producción necesitan mucha energía), pero estamos comprometidos con este objetivo.
En Palsgaard, hemos trabajado intensamente para optimizar nuestros procesos de producción para que los resultados financieros, la calidad y el medio ambiente estén estrechamente relacionados. En 2005, por ejemplo, construimos una de las plantas de quemado de paja privadas más grandes de Dinamarca, cosa que permitió sustituir el gasoil ligero para calefacción por paja procedente de nuestros propios campos, una fuente de energía renovable. Además, en 2009 hicimos que la principal fuente de energía fuera gas natural en vez de gasoil para todas las calderas, lo que significa unas emisiones de CO2 notablemente inferiores.
El objetivo de Palsgaard en todas sus instalaciones de producción es conseguir ser neutros en las emisiones de CO2 en 2020. Esto puede conseguirse reduciendo nuestro consumo de energía y reduciendo las emisiones de CO2 restantes por otros medios (por ejemplo, en Dinamarca, mediante la energía procedente de turbinas eólicas certificadas y empleando biogás certificado).
Las actividades llevadas a cabo en nuestras instalaciones de Dinamarca han permitido que seamos neutros en las emisiones de CO₂, es decir, cinco años antes del objetivo general de 2020, y en 2015 celebramos la consecución este objetivo.
Leer más sobre cómo lo hemos conseguido aquí.
Palsgaard es una compañía cada vez más global, con iniciativas CSR ajustadas a cada país o zona.
Por ejemplo, nuestra nueva planta en Malasia con la última tecnología, marca el estándar en términos de producción, tecnología, consumo de energía y medidas preventivas medioambientales. Además, reduce las distancias de transporte de nuestros proveedores de materias primas y de nuestros clientes en Asia. Además, estamos trabajando para implementar fuentes de energía alternativas más ecológicas. En un futuro, la planta utilizará fuentes de energía alternativas más ecológicas, ayudando a conseguir nuestro objetivo global de una huella de CO₂ cero en todas nuestras fábricas.
En México, invertimos en paneles solares fotovoltáicos en 2012 que pueden generar hasta un 85% de la electricidad que necesita nuestra planta de fabricación. También damos prioridad a las actividades que reduzcan el consumo de agua y electricidad, así como las aguas residuales y los residuos sólidos. Un seminario anual sobre conciencia medioambiental educa a los trabajadores de México y beneficia a sus familias, vecinos y a la comunidad local.
Trabajamos de forma continua para incrementar el rendimiento de las materias primas y reducir el uso general de recursos. Esto incluye la optimización de los cambios de productos en nuestros planes de producción, así como aumentar la eficiencia de nuestros procesos de producción. En 2015, registramos un ligero incremento de productos residuales debido a la producción interna de productos intermedios. Si bien esta actividad tiene un efecto positivo a largo plazo en la eficiencia general, también influyó de forma negativa en nuestro balance de CO2 en 2015.
Palsgaard produce cantidades muy pequeñas de residuos de producción. En 2012, desarrollamos un sistema para registrar y etiquetar los productos residuales, lo que nos permite trabajar para reducirlos. Esto también nos ayuda a clasificarlos y reutilizarlos de forma efectiva.
Las materias primas para los productos de Palsgaard incluyen aceites vegetales (como el aceite de palma), gomas (polisacáridos hidrofílicos), almidones y glicerol.
Un objetivo CSR clave, dirigido a apoyar la producción de materias primas sin dañar el medio ambiente o a la sociedad, se consiguió en el año 2015: aumentamos el uso de aceite de palma certificado como sostenible en nuestros productos fabricados en nuestra planta de Dinamarca (nuestra planta principal) hasta alcanzar el 100%.
Formamos parte de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (Roundtable on Sustainable Palm Oil en inglés, abreviado RSPO) desde 2008, y desde entonces hemos logrado siempre en Dinamarca el certificado RSPO de Normas de Certificación de la Cadena de Suministro (Supply Chain Certification Standard en inglés, abreviado SCCS) referente al balance de masas y a los modelos de segregación. Nuestra planta en Malasia posee la catificación RSPO en el nivel MB. Esto implica reforzar el control en nuestra cadena de suministro, lo que nos ayuda a apoyar la producción y a un uso responsables del aceite de palma sostenible y certificado.
El procesado de aguas residuales proviene principalmente de la limpieza de los contenedores y las tuberías, y contiene restos de aceite vegetal, grasas, fósforo y nitrógeno. Nuestra propia planta de pretratado elimina la mayor parte de estos restos antes de que salgan a la planta de tratamiento de aguas municipal. Estamos trabajando para reducir las aguas residuales mediante sistemas de reciclado del agua de refrigeración, la mejora de los procesos de limpieza, la producción de lotes más grandes y la instalación de válvulas de cierre automáticas. En el 2015 conseguimos finalizar la iniciativa de cambiar bombas convencionales por bombas de vacío que utilizan agua reciclada en vez de agua de la red. Además, en nuestra planta de Malasia, toda nuestra agua residual se depura más allá del estándar local requerido.
El volumen de envases que empleamos es muy reducido, menos del 1,5% del peso total de nuestros productos. Incluso así, tenemos el objetivo de utilizar materiales de envasado que sean producidos de forma más sostenible. Para los sacos y cajas de cartón utilizamos materiales con el certificado FSC siempre que sea posible.
Tradicionalmente, refinar aceites para cocinar requiere un proceso complejo, que consume una gran cantidad de energía y donde se utiliza el calor para eliminar sustancias que puedan alterar el sabor. En Palsgaard, hemos realizado un proyecto de cuatro años utilizando nuestros conocimientos sobre las propiedades de los aceites para cocinar para desarrollar un nuevo método de refinado. Este implica un proceso más simple y menos agresivo que reduce el consumo de energía hasta en un 80%, utiliza las materias primas de forma más eficiente y reduce los ácidos grasos trans en el producto final.